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Lyrics : El Hombre De Masa Cero

Había pasado días mentalizándose, tratando de imbuirse en un estado de paz e inalterabilidad, todo porque irónicamente, en este, lo que más temía era morir con miedo, entrar en un pánico que le hiciera sufrir más de lo estrictamente necesario

Hay diferentes maneras de morir, cada una con sus pros y contras, las cuales a veces barajamos especulando sobre como nos gustaría morir, a él le había tocado hacеrlo lentamente corrompiéndosе hasta que su sistema se colapsara, como los grandes imperios venidos a menos; este tipo de muerte tenía la desventaja de conllevar más sufrimiento consciente que una muerte rápida, pero también la ventaja de tener tiempo para concienciarse, pudiendo a veces uno morir en paz, y es que no hay nada peor que el miedo a la muerte ni tampoco nada más natural, estamos programados para rechazar la idea del final con tanto fervor que hasta llegamos al punto de sentir dolor por ella, literalmente, ya que el dolor no es un sufrimiento gratuito si no algo que aún siendo sumamente desagradable nos compensa sentir con el objetivo de que sirva de algo, en la evitación del peor destino posible según el código de la vida, la muerte, y está bien, somos seres hechos para temer a la muerte por encima de todo, quizás ese sería el primer axioma de la supervivencia, pero ¿por qué una vez la muerte es inevitable seguimos sufriendo? ¿por qué no tenemos una especie de freno vital que nos ayude a paliar ese miedo ya inútil y carente de sentido?, porque la selección natural no es una inteligencia superior, ni es políglota, solo entiende un idioma, el de la descendencia, y a lo largo de nuestra historia, la de los vivos, la evolución nunca ha tenido oportunidad de perpetuar más los caracteres de los que se morían tranquilos, que de los que morían en pánico, ya que al fin y al cabo los dos morían, sin que su estado anímico ante este pequeño contratiempo influyera en que dejaran más o menos descendencia, entender lo anterior fue liberador, una vez lo hizo entendió también que la ayuda que no recibió de la evolución al negarle un instinto de supervivencia, se la tendría que proporcionar él mismo, de ahí que hubiera pasado horas, días enteros chocando ideas hasta darles formas tranquilizadoras que finalmente envolvía y guardaba con cuidado para recurrir a ellas cuando esa ansiedad salvaje e instintiva lo atacara, reclamando su territorio, al final, empezó a desaparecer, rodeado de sus seres queridos, desorientado, recordando vagamente que esto era lo que había temido en el pasado y sin embargo ahora ya no parecía tan terrible, o él ya no era capaz de experimentar terror, se dejó llevar por el sueño, y el mundo se apagó...

El hombre moribundo, no podría tener pareja
No se fía ni del harem de moscas que le corteja
Pero un día una puso rumbo a detrás de su oreja
Y zumbó: no te encariñes ni del mundo, por si te deja

La pobre no cayó en que el hombre ya era tan incrédulo
Que no se fiaba ni de lo que desconfiaba
Y ante esa prohibición actuó como un péndulo
Acabó yendo en la dirección contraria a la que lo empujaban

Pensó, y si mi negatividad es inherente a ser consciente
Pues no son negativas las cargas que crea mi mente
Y si de la misma fuente que brota ese pesimismo
Así mismo brotan las herramientas para hacerle frente

Que no sé si es producto de la suerte o broma de mal gusto
El ser más inteligentes que el resto
El punto justo como para ser conscientes de la muerte
Pero no lo suficiente para hacer algo al respecto